miércoles, 4 de enero de 2012

Una mirada dentro de mi



Camino unos pasos, abro la puerta, suavemente apoyo mis manos en el lavadero, abro la canilla...levanto mi rostro...y... estoy allí. Al verme en el espejo veo a alguien desconocida, toco el espejo con la yema de mis dedos para saber si es real. Me pierdo en la fragilidad del momento, donde contemplo mi propia sencillez en la complejidad, tantos pensamientos se han cruzado en mi cabeza estas últimas semanas que he perdido la noción de lo que es correcto y lo que no es. He creado un espacio alejado de la realidad, me refugio en el, deseando sentirme en mi hogar, donde todo este bien y los conflictos internos en los que me encuentro desaparezcan; piense con claridad haciendo que esta nube de humo se convierta en polvo fluorescente y con tonos sepias transforme los momentos en fotografías viejas repletas de reencuentros quitando el anhelo a lo perdido al abrazar lo anhelado. En este ensimismamiento se me viene un recuerdo que guardo como tesoro, el recuerdo de cuando mi pensamiento se unió con otro pensamiento similar, al compartirlo sentí que estas cosa que sueño, se volvieron esporádicamente reales, fue tan rápido que a veces dudo si eso realmente paso...me aferro a esa fracción de tiempo, pero...pero se desvanece, dejando en mi un vacio irreparablemente grande. Parpadeo, me lavo el rostro pero siento que mi cráneo pesa demasiado, con los ojos llenos de tristeza me miro nuevamente y nada cambió...caigo en mi dura realidad, esas cosas solo pasan por mi cabeza, nada es real, todo está dentro de mí. Me doy la media vuelta y me preparo para ir a trabajar; La vida sigue y todo el mundo camina ignorándose los unos con los otros, yo sigo pero mi corazón se ha detenido cristalizado en ese mundo de lo irreal esperando poder sentir nuevamente eso que una vez lo despertó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario